Foro del BCIE sobre Situación Económica de la Región y Perspectivas 2021

17/12/2020


Quiero agradecer al Señor Dante Mossi, Presidente Ejecutivo del BCIE, por su amable invitación a participar en este evento que se celebra en el marco del 60 aniversario del BCIE. Este año el Banco Central de Nicaragua también está celebrando su 60 aniversario, así que compartimos ese espíritu de celebración institucional. Quisiera saludar a mis colegas presidentes de Bancos Centrales de la región y al público en general, que nos acompaña por los medios digitales. En mi caso, voy a hacer el recorrido que nos pidieron y estaré profundizando sobre los temas de proyecciones y desafíos en el siguiente.

Medidas implementadas

Sin duda alguna el año 2020 ha sido un año desafiante. El mundo ha enfrentado una crisis global sin precedentes, tanto desde el punto de vista de salud pública, como de la economía mundial. La reducción de las actividades productivas y del comercio internacional, así como la caída del consumo y la postergación de las decisiones de inversión, han perjudicado la dinámica económica y financiera del mundo y la región. En Centro América y República Dominicana hemos visto cómo se han afectado flujos externos importantes, como el turismo, las exportaciones de servicios y la inversión extranjera. También las finanzas públicas se vieron presionadas por las reducciones en la recaudación tributaria y de los ingresos de la seguridad social.

Los bancos centrales hemos emprendido acciones para mitigar los riesgos económicos iniciales de este choque y todas las instituciones de la región nos dispusimos a utilizar los instrumentos monetarios con que ya contábamos y a crear nuevos. En algunas acciones hemos coincidido, como en la decidida reducción de las tasas de interés de política o de referencia monetaria, así como en mantener abiertas nuestras líneas de liquidez hacia la banca comercial y en implementar políticas de flexibilización del encaje legal, también fue otra área en común. En algunos casos, los bancos centrales hemos implementado políticas novedosas, según lo han permitido nuestros marcos legales, para propiciar la entrega de crédito con el objetivo de salvaguardar la intermediación financiera y evitar se presente una espiral negativa entre el crédito y la actividad económica.

En el caso del Banco Central de Nicaragua, las principales medidas de política que se han implementado son:

• Reducciones en la Tasa de Referencia de Reportos Monetarios, hasta acumular una rebaja de 375 puntos base durante 2020. También se redujo la amplitud del corredor de tasas de interés que implementa nuestra institución.

• Asimismo, a través de la política de encaje legal se liberaron fondos en córdobas a la banca, por el equivalente a un punto porcentual del PIB. Hay varios elementos que hacen que esta medida sea no convencional: el hecho que permite encajes diferenciados por banco y el que sea condicionada a las entregas de crédito. Los bancos que la usen podrán reducir sus encajes en moneda nacional hasta en 10 puntos y esto ocurrirá durante un periodo de tres años.

• Adicionalmente, reconociendo la alta liquidez del sistema financiero y el entorno de bajas tasas de interés internacionales, se ha mantenido relativamente estable la política de tasas de los instrumentos en dólares, lo que ha propiciado la estabilidad y acumulación de las reservas internacionales.

Luego en otros resultados, en el sistema financiero bancario, se ha observado un crecimiento de los depósitos, como respuesta de las empresas y las familias para generar mayores ahorros frente a la incertidumbre, así como por la menor movilización de personas. Sin embargo, el crédito se ha visto disminuido por el incremento del riesgo y por una reducción de la demanda de éste. Las finanzas públicas, a pesar del aumento del déficit y una moderación del gasto, han conseguido alcanzar un financiamiento apropiado. El sector externo continua con un comportamiento mixto, con indicadores con buen desempeño en las exportaciones de mercancías y en el flujo de remesas familiares, pero con indicadores con menor nivel en los ingresos por turismo y en la inversión extranjera directa. La combinación de estos elementos ha mejorado la posición externa produciendo un superávit en la cuenta corriente de la balanza de pagos. Por otra parte, el sector real ha comenzado a dar muestras de recuperación a partir del tercer trimestre del año, presentándose tasas de crecimiento de la actividad económica cada vez menos negativas y una recuperación en la participación de la ocupación en la fuerza laboral.

Principales desafíos económicos

Respecto de los desafíos económicos, el mundo en general y nuestra región en particular, continúa confrontando incertidumbre. En ese entorno, el principal reto inmediato de políticas públicas será el proteger a la población con las vacunas contra el COVID-19, las que ya se encuentran en distribución. De la velocidad con que se aplique la vacunación, dependerá también la recuperación económica. De ahí que sea esta, una prioridad de primer orden. Por ello, será también un reto lograr que todos los países nos podamos recuperar rápido de la pandemia, aspirando no a una recuperación en forma de “V”, como se suele describir a las recuperaciones rápidas entre economistas, sino a una que yo llamaría de “check mark: ✓” asegurando una recuperación acelerada con una tasa de crecimiento superior a la del inicio de la crisis, hasta que la economía retorne a su crecimiento potencial de largo plazo. Considero que los países de Centro América y República Dominicana deberíamos proponernos nuevamente ser una región puntera en crecimiento económico en América, como ocurrió hace unos años, para beneficio de nuestras sociedades.

Por otro lado, la política monetaria y financiera deberán continuar activas, ajustando en este contexto los instrumentos existentes y creando nuevos para fortalecer la recuperación económica y continuar asegurando la estabilidad macroeconómica que debe de continuar siendo uno de los principales desafíos, ya que con la pandemia afloraron vulnerabilidades, y será fundamental reencauzar los balances macroeconómicos realizando reformas y procesos de ordenamiento financiero que aseguren la sostenibilidad de la deuda y de las finanzas públicas.

Proyecciones macro económicas

Con respecto a las principales proyecciones económicas, la incertidumbre redujo la capacidad de proyección de los modelos económicos al ampliar la varianza de las estimaciones. El Banco Central de Nicaragua, desde el inicio de la pandemia, ha mantenido una estimación de la tasa de crecimiento del PIB en 2020 de -4.5%. Sin embargo, a la luz de los resultados observados en el PIB del tercer trimestre y de la evolución de ciertos indicadores de actividad productiva y comercial del cuatro trimestre, el BCN ahora proyecta una tasa de crecimiento menos negativa que podría finalizar entre -1.5% y -2.5%, para el año 2020. En el caso del año 2021, el BCN ha estimado un crecimiento de 0.5%. Pero con las nuevas observaciones, esta tasa resultará mayor, la que estaremos revisando y dando a conocer durante los primeros meses de 2021 una vez que obtengamos más información y que ésta sea robusta.

Asimismo, la inflación en 2020 la estimábamos en 3.7% y con los resultados obtenidos a noviembre creemos que ésta será menor, esperando que finalice entre 2.0% y 3.0%. También esperamos que en 2021 se produzca una mejora en la participación de la población ocupada como parte de la fuerza laboral, que el sector exportador continúe su dinámica positiva y que las finanzas públicas se mantengan estables y financiadas.

Oportunidades para la integración económica y rol del BCIE

Este nuevo entorno de grandes desafíos refuerza la necesidad de una mayor integración de la región, la que efectivamente se está produciendo en el comercio y en el sistema financiero. La pandemia y las afectaciones de los huracanes Eta e Iota impactaron a la región por igual, lo que refuerza el argumento de buscar soluciones de financiamiento conjuntas y de coordinar políticas monetarias y financieras.

El papel de las autoridades en esta realidad debe ser facilitar la integración, la movilidad de factores y propiciar la eficiencia, entre otros. El Banco Centroamericano de Integración Económica puede continuar jugando un papel fundamental en este esfuerzo de integración, apoyando la inversión en sus diferentes programas, y reforzando el programa de gestión de liquidez a los bancos centrales aumentado la línea de asistencia financiera que tiene diseñada para tal fin, para que los bancos centrales podamos contar con soluciones inmediatas no condicionadas frente a futuros desequilibrios y estrés financieros, movilizando recursos dentro de la región. Para el Banco Central de Nicaragua, este programa fue una fuente oportuna de financiamiento que apoyó confrontar los desequilibrios financieros que ocurrieron en los años 2018 y 2019.

Reitero mi agradecimiento al señor Dante Mossi por la oportunidad que nos brinda para compartir estos puntos de vistas y mis saludos sinceros a mis colegas presidentes de bancos centrales de la región y al resto de participantes.

Muchas gracias.

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