Perspectivas Macroeconómicas Octubre 2025
Octubre 2025
En esta nota se presentan los resultados de las proyecciones más recientes del Banco Central de Nicaragua (BCN) de las principales variables macroeconómicas, obtenidas a través de herramientas de programación financiera y con el uso de los datos disponibles a la fecha.
Contexto
Al tercer trimestre de 2025 la economía nicaragüense se mantiene en una senda de crecimiento y con un desempeño positivo de las variables macroeconómicas más relevantes, en particular, los datos del Índice Mensual de la Actividad Económica (IMAE) a julio de 2025 muestran que la mayoría de las actividades crecen, el mercado laboral permanece estable, presentando una tasa de desempleo baja acompañada de crecimiento del empleo formal, y la inflación nacional se ha reducido, favorecida por la moderación en los precios de los alimentos y la desaceleración gradual de la inflación internacional. A su vez, los flujos externos permanecen estables, respaldados por las exportaciones, la intermediación financiera conserva su dinamismo, con los depósitos y el crédito creciendo, y la política económica crea espacio para el crecimiento, con el Gobierno Central generando ahorro público y el BCN garantizando la estabilidad monetaria y financiera. En este contexto, las condiciones son propicias para que en 2025 se alcancen tasas de crecimiento económico cercanas al promedio de los últimos tres años.
El entorno internacional continúa marcado por una alta incertidumbre, generada principalmente por tensiones de carácter comercial y conflictos geopolíticos que constituyen un riesgo para la estabilidad de los flujos globales de comercio y las cadenas de suministro, y que podrían conducir a nuevas presiones inflacionarias a nivel mundial. Además, aunque las condiciones financieras internacionales se han relajado, aún permanecen restrictivas, y la inflación global todavía se ubica por encima de la meta de los bancos centrales de economías avanzadas. No obstante, la economía nicaragüense se ha consolidado en una trayectoria estable de crecimiento y presenta fortalezas que se derivan de un marco de políticas macroeconómicas adecuadas, lo cual le permite estar preparada para enfrentar choques del entorno internacional.
De acuerdo con información del Producto Interno Bruto (PIB) al primer semestre, la economía creció 3.9 por ciento, impulsada por la demanda interna, debido al dinamismo del consumo y de la inversión, lo que se vio atenuado por la disminución de la demanda externa neta. El crecimiento acumulado del IMAE a julio de 2025, que es un indicador adelantado del PIB, fue de 4.1 por ciento, destacándose el desempeño de los servicios (comercio, hoteles y restaurantes, transporte y comunicaciones e intermediación financiera) y de actividades como construcción, pecuario, explotación de minas y canteras, y agricultura.
En el mercado laboral, la tasa de desempleo permanece baja (2.2% en agosto de 2025) y el empleo formal continúa creciendo, lo que se expresa a través de un aumento en la afiliación al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), que en septiembre de 2025 reflejó 16,490 asegurados más que en septiembre de 2024 (variación de 2.1% interanual) y 8,116 más que en diciembre de 2024.
La inflación doméstica se ha reducido, alcanzando los niveles más bajos en varios años, ubicándose en 1.40 por ciento interanual en agosto de 2025, favorecida por la moderación en los precios de los alimentos, el descenso gradual de la inflación internacional, menores expectativas de inflación, deslizamiento cambiario en cero por ciento, continuidad de los subsidios a bienes y servicios clave, y la efectiva coordinación de políticas monetarias y fiscales. Se espera que la inflación continúe baja, consistente con una política monetaria y fiscal equilibrada, pero persisten riesgos de una mayor inflación importada si resurgen presiones sobre las cadenas de suministro globales, avivadas por las tensiones comerciales y geopolíticas.
En la balanza de pagos, se mantiene una dinámica positiva de los flujos externos hacia la economía, principalmente por el desempeño de las exportaciones de mercancías, en un contexto de precios favorables para los principales productos de exportación nacional y de una estructura productiva y exportadora capaz de responder a la demanda internacional de forma competitiva (con empresas que han ganado experiencia, capacidad técnica y calidad para posicionarse con sus productos en los mercados). A su vez, las importaciones crecen, dando impulso al consumo y a la actividad productiva. No obstante, en un entorno de políticas comerciales globales cambiantes, existen riesgos de menores flujos comerciales, que podrían reducir el balance comercial del país. En lo relativo a otros flujos externos, se espera que estos continúen dinámicos, en particular, los ingresos por inversión extranjera directa (IED).
Los balances del sector público se mantienen equilibrados, reflejando superávits determinados principalmente por el crecimiento de los ingresos tributarios (12.8% interanual en enero-junio 2025) y una política de moderación y focalización del gasto público. En este contexto de superávit fiscal, el Gobierno ha acumulado reservas financieras y ha garantizado la sostenibilidad de la deuda, de tal manera que el saldo de la deuda pública en términos del PIB se ha reducido a junio de 2025.
El proceso de intermediación financiera se ha consolidado, destacándose el desempeño de la actividad crediticia, apalancada en el crecimiento de los depósitos del público. Asimismo, se continúa observando niveles adecuados en la calidad del crédito y en la rentabilidad. La estabilidad financiera ha sido propiciada por el dinamismo de la actividad económica, que ha incidido positivamente sobre las expectativas de los agentes económicos y la capacidad de pago de los hogares y de las empresas. Adicionalmente, los indicadores de liquidez y de solvencia del sistema bancario y financieras se mantienen por encima de lo requerido.
En este contexto de desempeño favorable de la economía, pero con desafíos derivados del contexto internacional, la política monetaria y cambiaria del BCN sigue velando por la estabilidad de la moneda nacional, propiciando condiciones financieras apropiadas para impulsar el crecimiento económico y la intermediación financiera. Así, en correspondencia con la evolución de las tasas de interés internacionales y con las condiciones monetarias internas, en lo que va de 2025 el BCN ha reducido en dos ocasiones la Tasa de Referencia Monetaria (TRM) en 25 puntos base, en enero y octubre, situándola en 6.00 por ciento. A su vez, las principales variables monetarias continúan reflejando un comportamiento positivo, con el numerario y los agregados monetarios creciendo, en línea con la evolución de la actividad económica. También destaca el mayor uso de la moneda nacional en las transacciones, en el marco de las políticas para propiciar el uso del Córdoba.
El mercado cambiario continuó reflejando dinamismo y estabilidad al tercer trimestre de 2025, en un contexto de crecimiento económico y de factores que han favorecido la generación de flujos externos al país. Así, la mayor oferta de dólares, una política monetaria consistente con las condiciones domésticas y externas, y la posición en córdobas de los bancos y el gobierno han propiciado que en las operaciones cambiarias del BCN se continúen registrando compras netas de divisas y que se mantenga una brecha cambiaria baja y estable, por debajo de la comisión que cobra el BCN por la venta de divisas en la mesa de cambios. En este entorno monetario y cambiario, las reservas internacionales brutas (RIB) han aumentado, fortaleciendo la capacidad para resguardar el régimen cambiario vigente.
Proyecciones 2025
Dado los resultados positivos del desempeño de las principales variables de la economía nicaragüense al tercer trimestre de 2025 (IMAE, empleo, inflación, exportaciones, recaudación, crédito, entre otras), se ha revisado el escenario macroeconómico respecto al presentado en el Informe de Política Monetaria y Cambiaria (IPMC) de julio de 2025. El principal cambio se ha realizado en las proyecciones de flujos externos, los cuales han reflejado un comportamiento mejor al esperado.
Con respecto a la actividad económica, en esta nota sobre Perspectivas Macroeconómicas 2025, el BCN mantiene su proyección del crecimiento esperado del PIB en 2025 en un rango de 3.0 - 4.0 por ciento, igual al estimado en el IPMC de julio de 2025. La decisión de mantener el rango de proyección de crecimiento del PIB invariable, a pesar que algunas estimaciones sobrepasan dicho rango, obedece en parte a la evaluación de riesgos externos y, en particular, a la posibilidad de algún efecto con rezago sobre la economía nacional relacionado con el conflicto comercial global. En este sentido, se mantiene la expectativa de una dinámica positiva en la actividad económica, aún bajo el impacto de choques externos. Respecto al mercado laboral, se prevé que el empleo continúe estable, con una tasa de desempleo promedio de entre 3.0 - 3.5 por ciento.
En lo que respecta a la inflación doméstica, se espera que se mantenga baja al cierre de 2025, considerando que la materialización de cualquier evento de riesgo global en el resto del año no derivaría en una aceleración excesiva de la inflación internacional que se traspase a los precios nacionales. Por tanto, el BCN mantiene el rango de proyección de la inflación en 2.0 – 3.0 por ciento para 2025, sustentado en un marco de política fiscal, monetaria y cambiaria adecuado, con las políticas de subsidio del Gobierno para contener el incremento del costo de vida de la población y una tasa de deslizamiento cambiario de cero por ciento que también está atenuando la inflación.
Por el lado del sector externo, tomando en cuenta la evolución de los principales indicadores al tercer trimestre, se ha revisado al alza el superávit de cuenta corriente de la balanza de pagos de 2025, ubicándose en un rango de proyección de 5.5 – 6.5 por ciento del PIB (4.5 – 5.5% del PIB proyectado en el IPMC de julio). Esta revisión está sustentada por una parte en la evolución de las exportaciones y otros flujos externos a julio de 2025 y, por otra parte, en las perspectivas positivas del comercio exterior para el resto del año. Asimismo, se espera que las reservas internacionales continúen fortaleciéndose, consistente con las proyecciones fiscales y monetarias y del resto de balances macroeconómicos, garantizando la estabilidad del régimen cambiario vigente.
En el ámbito de la política monetaria, el BCN considera que el nivel actual de la Tasa de Referencia Monetaria (TRM) es consistente con los objetivos de crecimiento y de estabilidad de la intermediación financiera, no obstante, de manera oportuna, se podrían considerar cambios en dependencia de la evolución de las condiciones monetarias internas y externas. La política de tasas de interés del BCN, junto con el resto de sus instrumentos monetarios, continuará enfocada en favorecer la intermediación financiera y la movilización del crédito, con el propósito de apoyar el crecimiento económico.
Si bien las perspectivas macroeconómicas para el año 2025 son favorables, persisten riesgos que podrían incidir negativamente sobre la evolución de variables económicas, como el agravamiento de los choques comerciales que deriven en afectaciones a las cadenas de suministros, aumentos de precios, retrasos en la normalización de la política monetaria global y mayor desaceleración en la dinámica de producción mundial. En el país, también persisten los riesgos relacionados a los eventos climáticos, que pueden incidir sobre la evolución de variables macroeconómicas.
No obstante, la economía nicaragüense ha dado muestras de fortalezas que ayudan a mitigar los riesgos y propiciar un crecimiento mejor al previsto. Así, una fortaleza es el grado de apertura alcanzado, respaldada en parte por esfuerzos de mayor diversificación de socios comerciales. Adicionalmente, la estabilidad del sistema financiero, que ha aumentado la captación de recursos a través de los depósitos para canalizarlos hacia el crédito, en conjunto con la adecuada coordinación de las políticas fiscales, monetarias y financieras, también contribuyen al crecimiento económico esperado. Finalmente, es importante mencionar que el fortalecimiento del marco regulatorio monetario y financiero realizado a finales de 2024 y en lo que va de 2025 aumentó el conjunto de herramientas a disposición de las autoridades monetarias y financieras para mitigar los riesgos a los que está expuesta la economía.
