Conmemoración del Centenario de la Muerte de Rubén Darío Gerente General del BCN Sara Amelia Rosales Castellón Viernes, 5 de febrero 2016

05/02/2016


Buenos días, el Presidente del Banco Central de Nicaragua, Compañero Ovidio Reyes Ramírez, me ha delegado para presidir este acto, y se excusa de no estar presente por asuntos de fuerza mayor, así que bienvenidos Señores Directores del Consejo Directivo del Banco Central de Nicaragua; Señores Directores del Consejo Directivo de la Superintendencia de Bancos y de Otras Instituciones Financieras; Señores Embajadores y representantes del Cuerpo Diplomático en Nicaragua; Miembros de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua; Miembros de la Academia Nicaragüense de la Lengua; Señor Pablo Kraudy Medina, Profesor de Filosofía en la UNAN-Managua y otras universidades nicaragüenses, Miembro de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua (AGHN), Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío, 2008; Señor Erick Aguirre Aragón, Escritor y Miembro de la Academia Nicaragüense de la Lengua; Señor Rubén Darío Lacayo, Bisnieto de Rubén Darío; Invitados Especiales; funcionarios del Banco Central; representantes de los medios de comunicación.

Es un honor en nombre del Banco Central de Nicaragua dirigir estas palabras, en este acto, donde una vez más nuestra institución enaltece al mayor de los nicaragüenses, Rubén Darío, como se sabe, en el centenario de su fallecimiento ––es decir, de su ingreso a la gloria de la inmortalidad–– es la efeméride que lo motiva.

En el mes de diciembre de 2015, el Banco inauguró oficialmente la emisión de un sello postal con un retrato al óleo de nuestro gran hombre de letras, perteneciente al patrimonio artístico de la institución.

Hoy continuamos rindiéndole tributo, anunciando la emisión de monedas conmemorativas, “Centenario de la Muerte del Poeta Rubén Darío”, acuñadas en los materiales oro y plata, con un diseño representativo de esta efeméride. Presentando el primer número de la Revista Nicaragüense de Cultura, consagrada a su vida y obra. Se ha editado un Catálogo Dariano, ampliamente ilustrado, que contiene el acervo cultural de Darío existente en nuestra institución y renombrando con el nombre de Rubén Darío nuestra biblioteca, por la trascendencia que significa el legado del Príncipe de las Letras Castellanas a la cultura nicaragüense y a la cultura universal, y por ser éste un centro de conocimiento, desarrollo de lectura, educativo, investigativo y con una amplia colección de la obra literaria de Darío, manuscritos originales y otras expresiones artísticas en que sobresale la numismática, pintura y escultura. Es oportuno mencionar que el Edificio Ejecutivo del Banco llevará el nombre del Doctor Roberto Incer Barquero.

Estos anuncios, son cuatro expresiones distintas con un solo objetivo: la de reconocer a Darío como máximo creador cultural de Nicaragua, uno de los gestores fundacionales de la identidad latinoamericana y el más trascendente revolucionario de la poesía en lengua española.

Por algo se ha dicho que después de Miguel de Cervantes ha sido nuestro paisano inevitable, el autor de las letras hispánicas que más ha suscitado interpretaciones, habiéndose traducido sus obras a dieciséis idiomas: alemán, árabe, búlgaro, croata, chino, checo, danés, francés, húngaro, inglés, italiano, japonés, portugués, rumano, ruso y sueco, los que hasta ahora conocemos.

Como constructor intelectual del país, debemos recordar su libro El viaje a Nicaragua e Intermezzo tropical (1909), en el que recorre nuestra historia, describe nuestra geografía y nuestros recursos naturales, elogia a nuestras mujeres e indaga por primera vez en la idiosincrasia del nicaragüense, calificando a nuestro pueblo de alegre, aguerrido, altivo, apasionado, astuto, aventurero y vibrante.

Para terminar, deseo transcribir dos citas sobre Darío y sus vivencias. La primera tiene de autor al español Jorge Guillén, quien señaló: “Ninguno ha sido emperador tan absoluto como él, que llegó a ser poeta de todas las Españas. Solo en los versos de Rubén no se pone el sol”.

Y la otra pertenece al argentino universal Jorge Luis Borges, quien afirmó: “Todo lo renovó Darío, la materia, el vocabulario, la métrica, la magia peculiar de ciertas palabras, la sensibilidad del poeta y de sus lectores. Su labor no ha cesado y no cesará. Quienes alguna vez lo combatimos comprendemos hoy que lo continuamos. Y lo podemos llamar El Libertador”.

Muchas Gracias.

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