Política Monetaria y Cambiaria del Banco Central de Nicaragua

Nicaragua es una economía pequeña y abierta que se beneficia mucho del comercio exterior, turismo, remesas familiares, inversión extranjera directa y flujos financieros externos. La política monetaria y cambiaria reconoce este hecho y favorece la previsibilidad sobre el tipo de cambio nominal, habida cuenta que, por su estructura, la economía se comporta conforme lo pautado por el enfoque monetario de la balanza de pagos.

De esta forma, el BCN no controla la oferta monetaria, la que más bien resulta endógena y está determinada por la demanda de dinero. El público satisface una mayor demanda monetaria a través de la venta de divisas al Banco y ajusta una reducción de la demanda monetaria a través de la compra de divisas a la institución. En consecuencia, los desequilibrios monetarios y de gasto agregado se manifiestan a través de las reservas internacionales, dado un tipo de cambio, y en última instancia en la cuenta corriente de la balanza de pagos.

Operativamente, el BCN preanuncia mes a mes el tipo de cambio oficial. Las principales operaciones financieras activas y pasivas a nivel nacional se ajustan conforme su evolución, al poderse indexar por Ley a una cláusula de mantenimiento de valor del Córdoba con respecto a una moneda, que en la práctica se refiere al Dólar de los Estados Unidos de América. Otras operaciones en los mercados de bienes y servicios, así como de los contratos, también se indexan a la evolución del tipo de cambio oficial.

Como componente clave, el Banco Central garantiza la libre convertibilidad del Córdoba frente al Dólar, operando un mercado cambiario libre e irrestricto para todo tipo de operaciones en todos los mercados en que se transan divisas, sin que exista ninguna obligatoriedad para los agentes y las instituciones captadoras de declararlas y enterarlas al BCN.

En lo que sigue, se describe el esquema, formulación e instrumentos utilizados por el BCN para el cumplimiento de su objetivo central relativo a la estabilidad de la moneda nacional. A diferencia de otros países y, como a como se infiere, por su propio diseño, el BCN no está en capacidad de fijarse metas de producción, empleo o inflación, ya que correría el riesgo de desviarse de la senda del tipo de cambio y por tanto del cumplimiento de su objetivo central.