Perspectivas Macroeconómicas - Octubre

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Perspectivas macroeconómicas 2024


En esta nota de Perspectivas Macroeconómicas se presentan los resultados de las proyecciones más recientes del Banco Central de Nicaragua (BCN) de las principales variables macroeconómicas, obtenidas a través de herramientas de programación financiera y con el uso de los datos disponibles a la fecha.

Contexto

Los indicadores macroeconómicos reflejan que la economía nicaragüense ha mantenido un desempeño positivo en 2024, apoyado en las condiciones domésticas y externas que han permanecido propicias para que la economía crezca conforme lo esperado. En particular, los datos del Índice Mensual de la Actividad Económica (IMAE) muestran que la economía sigue en una senda de crecimiento sostenido, con la mayoría de las actividades expandiéndose. A su vez, el mercado laboral sigue estable, con baja tasa de desempleo y aumento del empleo formal, mientras que, la inflación nacional se ha reducido, con disminución de las presiones en los precios de los alimentos y servicios conexos, dirigiéndose paulatinamente a la senda de estabilidad de precios. Asimismo, continua el dinamismo de la intermediación financiera con los depósitos y el crédito creciendo, el Gobierno genera espacios fiscales y la cuenta corriente de la balanza de pagos refleja superávit, como resultado de la continuidad de los flujos de recursos externos.

En el entorno internacional, persisten los riesgos asociados a los conflictos geopolíticos, lo que pudiera incidir en la evolución de precios internacionales y en las perspectivas económicas a nivel mundial. A pesar de ello, la economía nicaragüense se ha consolidado en una trayectoria estable de crecimiento y presenta fortalezas que se derivan de un marco de políticas macroeconómicas adecuadas, lo cual le permite estar mejor preparada para enfrentar choques adversos. Esto se ha logrado gracias a la preservación de los fundamentos económicos y la implementación de acciones que propician el crecimiento sin costo social y sin generar desequilibrios ni excesivo endeudamiento.

De acuerdo con el PIB al primer semestre, la economía creció 4.7 por ciento, impulsado por la demanda interna, debido al dinamismo del consumo y de la inversión, lo que se vio atenuado por la disminución de la demanda externa neta. El crecimiento acumulado del IMAE a julio de 2024 fue de 4.4 por ciento interanual, destacándose el desempeño de los servicios y de actividades productivas como la industria manufacturera y la construcción. Así, las actividades con mayor crecimiento acumulado fueron hoteles y restaurantes, energía y agua, minas y canteras, comercio, construcción, intermediación financiera, y transporte y comunicaciones. Mientras que, la actividad de pesca y acuicultura registró disminución.

En línea con el desempeño de la actividad económica, la tasa de desempleo permanece baja (3% a agosto), acompañada de reducción en la tasa de subempleo, manteniéndose, no obstante, el rezago en la recuperación de la participación laboral. Asimismo, a septiembre, se ha reflejado estabilidad en el empleo formal, con aumento interanual de 1.1 por ciento en la afiliación al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS).

La inflación doméstica continúa reduciéndose de manera gradual, ubicándose en 3.86 por ciento interanual en septiembre, con una disminución de los efectos de la persistencia en los precios de los alimentos y servicios conexos. Las divisiones que más contribuyen a la inflación interanual son alimentos y bebidas, restaurantes y hoteles, bienes y servicios diversos, educación y muebles y artículos para el hogar. Se espera que la inflación continúe reduciéndose, en línea con lo observado a nivel global, y consistente con una política monetaria y fiscal equilibrada.

En la balanza de pagos, se mantiene una dinámica favorable de flujos externos hacia la economía, principalmente de remesas familiares y exportaciones de mercancías. En este sentido, el contexto de favorables precios internacionales y la permanencia de una sólida base exportadora ha favorecido el dinamismo de las exportaciones de mercancías, no obstante, se ha registrado una menor demanda de exportaciones de zona franca. A su vez, las importaciones crecen, reflejando impulso al consumo y a la actividad productiva. También se destaca el crecimiento de las remesas familiares (11.9% en enero-agosto 2024), mientras que se espera la continuidad de flujos positivos de ingresos por inversión extranjera directa (IED) y se consolide la recuperación de los ingresos por turismo.

Los balances del sector público se mantienen equilibrados, con crecimiento de los ingresos tributarios (17.3% interanual en enero-julio 2024) y una política de moderación y focalización del gasto público. En este sentido, el resultado del Sector Público No Financiero (SPNF) refleja superávit (después de donaciones) en el acumulado enero-julio de 2024. Así mismo, se ha mantenido un financiamiento apropiado, tanto de fuentes externas como de internas, contexto en el cual la deuda pública a PIB ha disminuido, ubicándose en 55.7 por ciento al mes de junio (56.6% del PIB a diciembre 2023).

El proceso de intermediación financiera se ha consolidado, destacándose el incremento en el desempeño de la actividad crediticia, apalancada en el crecimiento de los depósitos del público, ambos registrando variaciones interanuales de dos dígitos. Así mismo, se continuó observando niveles adecuados en la calidad del crédito y en la rentabilidad. La estabilidad financiera observada ha sido propiciada por el dinamismo de la actividad económica, que ha incidido positivamente sobre las expectativas de los agentes económicos y la capacidad de pago de los hogares y de las empresas. Adicionalmente, los indicadores de liquidez y de solvencia del sistema bancario y financieras se mantienen por encima de lo requerido.

En este contexto de desempeño favorable de la economía, la política monetaria y cambiaria del BCN sigue velando por la estabilidad de la moneda y propiciando condiciones financieras apropiadas para impulsar el crecimiento económico y la intermediación financiera. Así, a partir de enero 2024 se estableció la tasa de deslizamiento del tipo de cambio del córdoba con respecto al dólar de los Estados Unidos de América en cero por ciento anual, y en octubre, se redujo en 25 puntos básicos la Tasa de Referencia Monetaria (TRM), situándose en 6.75 por ciento. A su vez, las principales variables monetarias continúan reflejando un comportamiento positivo, con el numerario y los agregados monetarios creciendo a tasas interanuales de dos dígitos, y se destaca el mayor uso de instrumentos monetarios del BCN en moneda nacional por parte del sistema financiero.

El mercado cambiario continuó reflejando dinamismo y estabilidad a septiembre, en un contexto de crecimiento económico y de factores externos que han favorecido la generación de flujos externos al país. Así, la mayor oferta de dólares, una política monetaria consistente con las condiciones domésticas y externas, y la posición en córdobas de los bancos y el gobierno han propiciado que se continúen registrando compras netas de divisas en la mesa de cambio del BCN y se mantenga una brecha cambiaria baja y estable. En este entorno monetario y cambiario, las reservas internacionales brutas (RIB) siguen aumentando, fortaleciendo la capacidad para resguardar el régimen cambiario vigente.

Proyecciones 2024

Dado los resultados positivos al tercer trimestre, se preserva el escenario macroeconómico favorable previsto para 2024 en el Informe de Política Monetaria y Cambiaria del BCN publicado en julio, sustentado en el comportamiento de un conjunto de variables (PIB, IMAE, exportaciones, recaudación, crédito, remesas, turismo, entre otras), así como la evolución del contexto internacional.

Por consiguiente, en esta nota sobre Perspectivas Macroeconómicas 2024, el BCN mantiene el rango de crecimiento esperado del PIB del año 2024 en 3.5 – 4.5 por ciento, con la expectativa que se mantenga la dinámica positiva mostrada en todos los sectores, principalmente del sector servicios. A su vez, se prevé que el empleo continúe estable en 2024, con una tasa de desempleo promedio de entre 3.0 – 3.5 por ciento.

En cuanto a la evolución de la inflación doméstica, se espera que la continuidad en el descenso de la inflación internacional continúe traspasándose gradualmente a los precios nacionales, por tanto, el BCN mantiene el rango de proyección de 3.5 – 4.5 por ciento para 2024, sustentado en un marco de política fiscal, monetaria y cambiaria adecuado, con las políticas de subsidio del Gobierno para contener el incremento del costo de vida de la población y una tasa de deslizamiento cambiario de cero por ciento que también está atenuando la inflación. Si bien los pronósticos para 2024 son positivos, estos se encuentran condicionados a la continuidad en la disminución de las presiones de precios internacionales y a las perspectivas de condiciones climáticas adecuadas para un buen ciclo de producción agropecuaria.

En el ámbito de la Tasa de Referencia Monetaria (TRM), el BCN considera que el nivel actual es consistente con los objetivos de crecimiento y de estabilidad de la intermediación financiera, no obstante, de manera oportuna, se podrían considerar cambios adicionales en dependencia de la evolución de las condiciones monetarias internas y externas. La política de tasas de interés del BCN, junto con el resto de sus instrumentos monetarios, continuará enfocada en favorecer la intermediación financiera y la movilización del crédito, con el propósito de apoyar el crecimiento económico.

Por el lado del sector externo, se prevé que el superávit de cuenta corriente de la balanza de pagos de 2024 se ubique en el rango de proyección de entre 4.5 – 5.5 por ciento del PIB, sustentado en la evolución de las remesas, los ingresos por turismo y el comercio exterior. Asimismo, se espera que las reservas internacionales continúen fortaleciéndose, consistente con las proyecciones fiscales y del resto de balances macroeconómicos, garantizando la estabilidad del régimen cambiario vigente.

Para finalizar, si bien las perspectivas macroeconómicas son favorables, persisten riesgos que podrían afectar la evolución macroeconómica, como la materialización de choques por conflictos geopolíticos que deriven en aumentos en los precios del petróleo y los alimentos, generando presiones sobre los precios domésticos y un ciclo de normalización más gradual de la política monetaria global, lo que pudiera desacelerar la dinámica de producción mundial y afectar las exportaciones. En el país, también persisten los riesgos relacionados a los eventos climáticos, que pueden incidir sobre la evolución de variables macroeconómicas.

No obstante, la economía nicaragüense ha dado muestras de fortalezas que ayudan a mitigar los riesgos y propiciar un crecimiento mejor al previsto. Así, una fortaleza es el grado de apertura alcanzado, destacándose los ingresos generados por el sector exportador, que ha sido fundamental para el crecimiento. Adicionalmente, la estabilidad del sistema financiero, que ha aumentado la captación de recursos a través de los depósitos para canalizarlos hacia el crédito, en conjunto con la adecuada coordinación de las políticas fiscales, monetarias y financieras, también contribuyen al crecimiento económico.

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